Yo despilfarro dignidad, se me cae, se evapora, la vendo, la cambio, se escurre entre los huecos de mi consciencia, traspasa los poros de mi lógica, se me escapa…
Cuando al fin me doy cuenta, paro por un momento para observar, le doy una ojeada al camino andado, miro hacia delante, sonrió, sonríen… No me preocupo mucho en por el desastre, ahí se quedan los restos de una majestuosidad ficticia que, tal y como se demuestra día tras día, no cabe dentro de mí…
Tuesday, January 8, 2008
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
1 comment:
que genial...lo mejor del mundo es sentirse digno, tiene muy buen sabor...;-)
Post a Comment