Monday, July 9, 2007

Big Bang

Creo no haber sido ni mucho menos el único en preguntarse porque divergimos en nuestro modo de pensar y hacer ¿No poseemos todos la misma versión de cerebro? ¿No deberíamos todos llegar a las mismas conclusiones (cada uno podría tardar un tiempo distinto en llegar a esas conclusiones en función del tiempo que dedicara a ejercitar su cerebro)? ¿No estamos todos en una escala única de madurez y aprendizaje? ¿No tenemos todos el mismo punto de partida y el mismo objetivo final? ¿No deberíamos converger todos al mismo punto, empujados por esa fuerza universal y siempre atractiva que es el amor? ¿Qué retiene nuestras mentes de fluir todas juntas hacia ese punto?

Creo que no estoy solo cuando señalo a “los prepensamientos” como responsables inmediatos de todos estos efectos. Dejadme usar esta palabra en lugar de la mal connotada “prejuicios”, ya que, valga la redundancia seguramente sería un prejuicio usarla. Estas son las anclas y a la vez los salvavidas de nuestra mente. Se trata de conceptos cerrados en nuestra cabeza, bucles localmente auto consistentes altamente (aunque nunca totalmente) probados que facilitan nuestro pensar diario. Son nudos en nuestra forma de pensar, nudos que según mi opinión sustentan aquello que llamamos personalidad. No me malinterpretéis, no pretendo ni defender ni ir en contra de los prepensamientos, creo que los hay de todos los tipos, unos más nocivos y otros menos, y eso dependiendo siempre del punto de vista. En cualquier caso todos los tenemos en cierta medida, y en realidad son estos los que nos hacen distinguibles los unos de los otros.

Podría parecer que la utopía y la distopía, no son más que los casos extremos, en que o bien los prepensamientos desaparecen o bien toman una relevancia absoluta y se imponen al librepensamiento (ese seria el termino opuesto al prepensamiento, espero que los fervientes admiradores de Gorge Orwell no se enfaden conmigo y aprecien los matices que aporto en este texto a los ya existentes y usados por el escritor). En realidad, tanto la una como la otra no son más que prepensamientos…Que los prepensamientos existen es un hecho, que se pueden aislar y hacer desaparecer en una persona o varias, también es un hecho. Así pues sinceramente, por razones exclusivamente racionales, no se distinguir si son inherentes a nosotros o no. Sin embargo si esta claro que somos finitos y por tanto susceptibles a desarrollar principalmente estructuras finitas. Eso son en definitiva los prepensamientos, estructuras finitas en nuestro modo de pensar.

A pesar de aceptarlos, no dejo de pensar en otros ejemplos de supuesta infinitud que aparecen en la naturaleza. Casos en que igual que el que aquí abordamos, hay fuerzas siempre atractivas que, pese a otras que tienden a situar a cada partícula en un estado distinto, acaban por llevar a toda la materia hacia un único punto de convergencia. Me pregunto si para nosotros también existe un futuro análogo, me pregunto si también existe un inicio parecido, me pregunto si también tenemos un “big bang”. Y me lo pregunto porque nunca dejara de sorprenderme que un concepto sobre algo supuestamente infinito quepa dentro de un concepto, dentro de un prepensamiento.

Hasta aquí la sarta de prepensamientos que me apetecía compartir hoy…